En
los océanos estas sales están disueltos, en tierra están en el suelo,
de donde los toman por la raíces, convirtiéndolos en materia orgánica
que aprovechan las plantas de las que nos alimentamos los animales… sin
un suelo fértil no pueden vivir las plantas ni los animales. También
viven muchas especies (descomponedores esenciales).
La vegetación protege al suelo del viento, arroyos… por eso su peor enemigo es la deforestación para distintos fines de interés humano. La pérdida de suelo que acompaña a la destrucción de la cubierta vegetal conduce a la desertización, sin suelo no crece la vegetación.
También
se contaminan los suelos por la agricultura, ganadería, industria,
minería, residuos urbanos… pudiendo llegar los contaminantes a la cadena
alimentaria (el caso “de los pepinos”).Además, las ciudades están construidas en los mejores suelos y con abundante agua, su crecimiento, el asfaltado provoca la pérdida de buen suelo agrícola y la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas.
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